domingo, 12 de octubre de 2008

Atribuciones

-Lo quiero dejar
-Y yo.
-¿Qué? ¿Tú también?
-Sí, ya te lo he dicho.
-Ya, pero… no me lo esperaba. ¿Y tú por qué lo quieres dejar?
-Porque estoy hasta los cojones de todo esto.
-Creo que lo quieres dejar porque te has dado cuenta de que yo lo quiero dejar y no quieres que te deje, quieres dejarme tú a mí. Pero yo lo he dicho antes.
-¿Te crees que estamos en el colegio? ¿Te has pedido primer para dejarlo? Yo quiero dejarlo porque la situación es insostenible, ya lo hemos intentado todo, pero hay demasiadas cosas en contra. En cambio, tú sólo lo quieres dejar por tu estúpida regla de no estar más de dos años y tres meses con alguien.
-Ya te dije que contigo no iba a hacer eso.
-Lo estás haciendo.
-Es casualidad. Mira, yo lo quiero dejar porque tengo demasiadas cosas en las que pensar. No se dan las circunstancias apropiadas para estar con alguien.


El error fundamental atribucional

“…Heider (1958) ya indicó que las personas que efectúan una atribución sobre la causa de la conducta en otras personas, tienden a infraestimar la influencia de factores situacionales. Solemos juzgar que la gente se comporta de este modo u otro debido a sus “características” personales (bondad, maldad, generosidad, estupidez…) sin tener mucho en cuenta los factores ambientales o situaciones que, al menos en parte, pudieran explicar tal comportamiento. Este error, consistente en atribuir la causa del comportamiento ajeno a disposiciones psicológicas permanentes más que a la presión de los factores de la situación, es lo que se denomina el “error fundamental atribucional”.

María Dolores Avia-María Luisa Sánchez Bernardos (1995).
Personalidad: aspectos cognitivos y sociales. Pirámide.

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